lunes, 18 de julio de 2016

Por qué las Energías Renovables - Nuevo Modelo Energético vs. Actual Modelo Energético

Los ciudadanos, desconocedores de la realidad energética a la que estamos sometidos, empezamos a observar que demasiadas cosas no cuadran, que muchos de los argumentos que nos esgrimen no se sostienen, que los métodos utilizados no se justifican. ¿Existen alternativas? ¿Se puede mejorar lo presente? ¿Tenemos la capacidad de promover el cambio?

Actual modelo energético


Hemos basado nuestro desarrollo en un modelo energético que no puede mantenerse en el tiempo porque:

Es insostenible.
Se basa en recursos energéticos finitos.

Es nocivo.
El uso de estos recursos y los residuos que generan afectan negativamente al equilibrio medioambiental del planeta y a los ecosistemas que lo conforman.

Es injusto.
El dominio de los recursos y la centralización de la producción permiten la concentración de poder y el control de la población.

Es maligno.
El acceso a los recursos es la primera causa de guerras y conflictos internacionales.

Es inestable.
La volatilidad en los precios de los recursos influye de forma directa en las economías y desarrollo de las naciones.

Es dependiente.
La localización de los recursos supedita las políticas económicas de los Estados.

Es arriesgado.
La subordinación y sumisión a los países que aglutinan los recursos obliga a tomar decisiones geopolíticas perniciosas para la base social de las naciones dependientes.

Está centralizado.
La concentración de la actividad de producción energética es uno de los pilares de control de la población.

No es democrático.
Debido a la concentración de poder, pocas empresas y lobbies toman todas las decisiones unilateralmente defendiendo únicamente sus propios intereses.

No es equitativo.
La falta de equilibrio de la balanza de poder acrecienta las diferencias entre países, y también entre individuos dentro de una misma sociedad.

El nuevo modelo energético


Debe de corregir las deficiencias que el actual lleva interiorizadas, cumpliendo por tanto las siguientes premisas:

Sostenible.
Basado en fuentes energéticas inagotables a escala humana y en recursos cuyo ritmo de consumo sea inferior o igual a su capacidad de regeneración.

Inocuo.
Que el uso de los recursos y los residuos generados no comprometan el equilibrio medioambiental ni el entorno que por derecho deben heredar las generaciones futuras.    Justo. Que mantenga la balanza de poder en equilibrio compensando las fuerzas.

Benigno.
Que no provoque guerras, muerte y destrucción.

Estable.
Que influya lo menos posible en el equilibro de las economías.

Independiente.
Basado en fuentes energéticas y recursos autóctonos.

Seguro.
Que su planificación pueda realizarse en base a unos riesgos acotados, bien evaluados y perfectamente definidos.

Descentralizado.
Que tenga la capacidad de acercar la producción a los lugares de consumo por medio de la generación distribuida.

Democratizado.
Que cada agente que intervenga en el mercado tenga la capacidad de participar en el debate energético y planificarse en base a sus necesidades presentes y futuras.

Equitativo.
Que contribuya al desarrollo de los países más pobres y a la redistribución de la riqueza dentro de la sociedad.


El nuevo modelo energético reposa sobre los siguientes pilares:


Fuentes de energía renovables limpias y autóctonas.

Una sociedad en continuo desarrollo concienciada de los beneficios que le aporta el ahorro y la eficiencia energética.

Un sistema de generación distribuida que permite acercar la producción a los lugares de consumo y aprovechar los recursos autóctonos de cada zona.

Un modelo democratizado en el cual los consumidores se convierten en usuarios y adquieren el papel protagonista que por derecho les corresponde.

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